Conociendo al Padre

Durante el transcurso de nuestra vida ya sea en nuestro hogar o en el colegio nos han contado sobre un Dios poderoso, soberano, sanador, milagroso, entre otras cualidades que se le agregan al carácter de Dios. Todos hemos escuchado el salmo 23 “El Señor es mi Pastor…” dónde Dios toma la posición de Padre que ama y cuida, y el hijo toma la posición de plena confianza en Él, también hemos escuchado como Jesús sanaba a los enfermos (Mateo 4: 23-24) o cómo Dios mostraba su misericordia y amor con el mundo (Juan 3:16).

Sí, todos hemos escuchado acerca de Dios pero, ¿lo hemos vivido?, ¿he vivido a ese Dios que me ama, que me sana de toda herida espiritual, emocional o física, que restaura todo mi ser?

Es momento de empezar a conocer a Dios en vez de conocer de Dios basandome en lo que me han contado los demás de Él.

Con esto no estoy diciendo que nunca hubiésemos conocido a Dios pero lo que sí estoy diciendo es que no debemos quedarnos con lo poco que hemos conocido de Él cuando Él tiene una inmensidad por mostrarnos:

“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”.

Jeremías 33:3

Dios anhela ser conocido, anhela ser buscado, anhela ser anhelado, anhela contarnos sus más íntimos secretos pero es necesario buscarle.

En Efesios 3: 3-6 Pablo habla acerca de ese gran secreto que Dios le había revelado.

“Dios me dio a conocer el plan que tenía en secreto, y del cual ya les he escrito brevemente. Si leen lo que escribí, sabrán cómo entiendo ese plan que Dios ha llevado a cabo por medio de Jesucristo. Tal secreto no se les dio a conocer a los que vivieron antes de nosotros; pero ahora, por medio de su Espíritu, Dios se lo ha mostrado a sus santos apóstoles y profetas. Y éste es el plan secreto: por medio de Jesucristo, también los que no son judíos pueden recibir la salvación y las promesas dadas al pueblo de Israel, y formar con Israel un solo pueblo. Todo lo que ustedes tienen que hacer es aceptar esa buena noticia”.

Dios no había revelado este gran plan y secreto a generaciones anteriores, Él deseó darlo a conocer a Pablo; viendo la vida de Pablo podemos recordar que él perseguía a los seguidores de Jesucristo pero aun así Dios lo quiso utilizar y él (Pablo) tuvo un corazón dispuesto para ser usado por el poder de Dios. Pablo no se sació con escuchar la voz de Jesús y ver su esplendor (Hechos 22: 6-16) él le buscaba cada vez más y más permaneciendo en su presencia tanto así que sin haber convivido con Él (Jesús) cómo sus discípulos lo hicieron Pablo se convirtió en íntimo de Dios, tanto así que, al Padre le plació darle a conocer tan grande secreto para que lo anunciara a las naciones.

Dios nos invita a ir a la profundidad de su intimidad y no a quedarnos en la orilla del mar esperando a que otra persona nos cuente de tan grandes maravillas que hay en el fondo de este.

Conoce al Padre MÁS, clámale a Él y Él se manifestara de una manera sorprendente y jamás imaginada en tu vida y en tu alrededor, sal de tu zona de confort y ve más allá, si es necesario camina sobre las aguas o aprende a nadar pero no te pierdas las maravillas que Dios personalmente te quiere mostrar; tampoco vivas de glorias pasadas, ya no pienses en como eras en un principio al conocer a Cristo y cómo has mermado, no pienses más en el pasado y mira lo grande que Dios quiere hacer contigo, deja que Él restaure tu intimidad, permíteselo. Y si tal vez te preocupas o te preguntas ¿Cómo lo haré después de haberme alejado tanto de la profundidad? Bueno, Dios no busca perfección sólo un CORAZÓN DISPUESTO a todo por Él y cuando tu corazón esté dispuesto El Señor actuará.

Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido”.

Daniel 10:12

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